- A bordo de un Porsche 906 Carrera, el japonés Tetsu Ikuzawa estableció un récord de vuelta en el Gran Premio de Japón de 1967 que le valió ganarse un puesto en uno de los autos oficiales del equipo Porsche.
A mediados de la década de 1960, Japón era una floreciente potencia industrial y deportiva. En 1966, fue inaugurada una instalación internacional muy especial: el Fuji Speedway. Dos años antes, Tokio acogió los Juegos Olímpicos de Verano.
El Fuji Speedway es un espectacular autódromo con una pista de alta velocidad. A una recta de un kilómetro y medio le sigue una curva de máxima velocidad hacia la derecha con un peralte de 30 grados. Medirse con esta fuerte pendiente ondulada, llamada Daiichi, es pasear por el filo de la navaja.
Sin embargo, al joven Tetsu Ikuzawa no le asustaba. Este tokiota hijo de artista tenía un talento innato. Fue el primer japonés en competir en la Fórmula 3 británica.
Para financiar la temporada allí, en mayo de 1967 esperaba que el Gran Premio de Japón le permitiera ganar la atractiva cantidad de unos 5000 dólares de la época.
A través del importador Mitsuwa, alquiló un Porsche 906 Carrera. Este auto de carreras de Zuffenhausen, homologado para carretera y con un motor de 6 cilindros y 2 litros, es ideal para ese circuito. Con un excelente tiempo por vuelta inferior a los 2 minutos, Ikuzawa hizo la pole position.
Se produjo un emocionante duelo entre Ikuzawa y Tadashi Sakai, quien también conducía un Porsche 906. Ambos pilotos tenían 24 años, un gran talento y una enorme ambición. Sakai logró una mejor salida, pero Ikuzawa lo doblegó y lideró la carrera hasta la vuelta 18 de un total de 60.
Entonces, Ikuzawa cometió un error con las marchas: en lugar de pasar a tercera, metió la primera. Su inevitable trompo colocó a Sakai en cabeza mientras Ikuzawa puso rumbo al box para repostar.
Sakai tenía una estrategia distinta a la de su rival. Conduciendo de manera más cautelosa esperaba poder superar la distancia de 360 kilómetros sin tener que repostar. Ikuzawa, que por el contrario no tenía que preocuparse por el consumo, atacó y volvió a adelantar a Sakai en la vuelta 34.
Sin embargo, cuatro vueltas después, Sakai volvió a tomar la delantera. Ikuzawa contraatacó en una peligrosa maniobra al comienzo de la monumental curva escarpada, sorprendió a Sakai por la izquierda ciñéndose al borde superior de la pendiente y lo adelantó. Con ello logró un récord de vuelta de carrera: 2:00,800 minutos.
Para Sakai, la carrera terminó cuando se le pinchó un neumático a 250 km/h y dio una vuelta de campana de la que salió prácticamente ileso. La suerte de Ikuzawa no solo lo recompensó con el dinero del premio, sino que, tras esta demostración en la temporada de 1968 le confiaron los mandos de un vehículo oficial de Porsche.
Fuente: Porsche Latin America